jueves, 26 de abril de 2012

Los Reyes Católicos

    Denominación que recibe el matrimonio de Isabel I de Castilla (Madrigal, Ávila, 1451 - Medina del Campo, Valladolid, 1504) y Fernando II de Aragón y V de Castilla (Sos, Zaragoza, 1452 - Madrigalejo, Cáceres, 1516), en virtud del título de Católicos que les otorgó una bula de Alejandro VI (1494) y que se transmitió a sus sucesores como titulares de la Monarquía Católica.
Eran hijos de Juan II de Castilla y de Juan II de Aragón, respectivamente. La princesa Isabel desafió a su hermanastro, Enrique IV, al encabezar la rebelión de los nobles castellanos dejándose proclamar heredera del Trono;Para reforzar su posición, Isabel se casó con el príncipe heredero de Aragón, Fernando, en Valladolid (1469); Enrique IV se opuso a aquel enlace y desheredó a Isabel en favor de su hija Juana, la  Beltraneja.
Cuando Enrique murió, en 1474, Isabel se proclamó reina de Castilla; pero los partidarios de Juana, apoyados por Portugal, se resistieron, desencadenando la Guerra Civil castellana de 1475-79.
 Isabel y Fernando se impusieron en las batallas de Toro y Albuera, que determinaron el reconocimiento de Isabel por las Cortes de Madrigal y la firma del Tratado de Alcaçovas con Portugal (1479). Aquel mismo año Fernando fue proclamado rey de Aragón, por la muerte de su padre.
El matrimonio de los Reyes Católicos unificó por primera vez la Corona de Castilla y la Corona de Aragón, que pasarían juntas a sus sucesores, dando lugar a la Monarquía Hispana.
Pero la unión personal de los reinos no entrañó la integración política de sus instituciones, pues cada reino mantuvo su personalidad diferenciada hasta la aparición de España como Estado nacional en el siglo XIX.
En cuanto al último territorio musulmán que quedaba en la península Ibérica, el reino nazarí de Granada, los reyes impulsaron la Guerra de Granada (1480-92), que determinó su integración en la Corona de Castilla.
 Para fortalecer la integración de sus reinos en torno a la religión cristiana, decretaron la expulsión de los judíos que no estuvieran dispuestos a convertirse (1492); una medida similar se adoptó con respecto a los musulmanes en 1502. 

jueves, 19 de abril de 2012

Catedral gótica de Barcelona


Me ha gustado mucho, por la portada y el diseño que tiene; ya que se puede apreciar muy bien el arte gótico.

Poema de El Arcipreste de Hita



Aquí dize de cómo segund natura los omes e las otras animalias quieren aver conpañía con las fenbras

Como dize Aristótiles, cosa es verdadera,
el mundo por dos cosas trabaja: la primera,
por aver mantenençia; la otra cosa era
por aver juntamiento con fenbra plazentera.

Si lo dexiés de mío, sería de culpar;
dizelo grand filósofo, non só yo de rebtar:
de lo que dize el sabio non devemos dubdar,
ca por obra se prueva el sabio e su fablar.

Que diz verdat el sabio clarame[n]te se prueva:
omnes, aves, animalias, toda bestia de cueva
quieren segund natura conpaña sienpre nueva,
e quanto más el omne que toda cosa queAs mueva.

Digo muy más el omne que toda creatura:
todas a tienpo çierto se juntan, con natura;
el omne de mal seso todo tienpo, sin mesura,
cada que puede quiere fazer esta locura.
El fuego sienpre quiere estar en la çeniza,
comoquier que más arde quanto más se atiza;
el omne quando peca bien vee que desliza,
mas non se parte ende ca natura lo enriza.

E yo, como só omne como otro, pecador,
ove de las mugeres a las vezes grand amor;
provar omne las cosas non es por ende peor,
e saber bien e mal, e usar lo mejor.

El Cid

El Cid constituye el arquetipo del buen caballero y del buen padre: existe una armonía y continuidad entre la familia y la patria; y tal aspecto de la obra puede ser considerado como una metáfora.
El contexto de las hazañas del Cid es el de la reconquista de los territorios de la actual España de manos de los moros, que la ocuparon, en su mayor parte, durante siglos.
El “verdadero” Rodrigo Díaz de Vivar, llamado el Cid Campeador, fue un guerrero castellano que nació en Vivar, Burgos, cerca del año 1043, y murió en Valencia en 1099.
Muy joven entró en la corte de Fernando I, rey de Castilla y Aragón, y llegó a ser con posterioridad capitán (alférez) de la guardia real de Sancho II, que combatió contra sus hermanos García de Galicia y Alfonso VI de León. Participó también en el conocido cerco de Zamora, donde el monarca fue asesinado en circunstancias que los historiadores no han logrado aclarar.